
Mucho ruido y pocas nueces.
El mensaje radicalizado del Presidente por el Día de la Militancia no coincide más con el Alberto del bunker del FdT que él del mensaje grabado conciliador. Fuera del discurso el mercado todavía espera definiciones políticas o económicas que disipen las dudas de corto plazo. En nuestra opinión, la ausencia de las mismas es el principal catalizar que afecta las cotizaciones de los activos locales. Por un lado, los Globales. Sin levantar cabeza, anotaron bajas de entre -0.4% y -0.7% para empujar el precio promedio ponderado de nuevo a los US$33.64 (-$0.17 1D; +$0.34 5D). La debilidad de las acciones redondea esta película. Los ADRs argentinos en NY sumaron otro capítulo triste esta semana al cerrar con mayoría de bajas de hasta -5.5%. Los bancos, otra vez, los más castigados. Por último, el ritmo de devaluación volvió a una relativa normalidad reflejando un ritmo cercano al 17% -muy por encima del 5.96% de ayer-. Sin embargo, la brecha cambiaria se amplió ante el salto del CCL Senebi hasta los $213.5/214 (+$4.5/5).
El crudo se aleja de los máximos.
Los precios del petróleo cayeron a pesar de que la AIE informó una caída en los inventarios de crudo en USA (-11.4 millones de barriles por día) la semana pasada. ¿La razón? Más allá de este recorte, la AIE prevé un aumento de la producción a partir del 2022 de 1.9 millones de barriles diarios. Así, el petróleo WTI cayó -2.7% y se ubicó por debajo de los US$ 80 por barril. El precio cerró en US$ 78.49 y se ubicó cerca del -6% con respecto a los máximos recientes. Wall Street se tiñe de rojo. Las fuertes ganancias minoristas de la última semana no pudieron sostener el sentimiento positivo y así los principales índices retrocedieron entre –0.3%/-6%. Mientras tanto, en el frente de los datos económicos las cifras de construcción no favorecieron: la construcción de viviendas cayó un -0.7% en octubre (vs 1.5% est. y -2.7% mes anterior), al mismo tiempo que los permisos para construir aumentaron a máximos de 15 años. De esta forma, la contradicción reflejó las complicaciones en torno a la escasez de materiales y mano de obra (además de los altos costos). Con el dato, la US10Y se desinfló -3bps pero se mantiene por encima del 1.60%.